Lavar el vehículo en túneles automáticos con cepillos o rodillos, es una práctica muy común por su rapidez y comodidad. Sin embargo, muchos conductores se preguntan si estos sistemas perjudican realmente la pintura del auto. Por ello, aquí desglosamos los argumentos a favor y en contra de estos lugares.
Uno de los problemas más citados es que los cepillos, o incluso los rodillos suaves, acumulan partículas de suciedad, arena o fragmentos de barro de vehículos anteriores. Estas partículas, al ir adheridas al material de limpieza, actúan como abrasivos al rozar la pintura. El sitio Auto Care HQ menciona que los cepillos duros y la acumulación de “grit” pueden causar micro-rayones en el acabado transparente
Además, algunos túneles usan detergentes con pH muy alto o bajo, o fórmulas diseñadas para remover mugre persistente rápido, sacrificando tal vez la protección de cera o sellantes. Esto puede desgastar la capa protectora o incluso afectar colores más oscuros o acabados especiales.

Ventajas de estos autolavados
Por otro lado, bien mantenidos, los túneles pueden ser bastante seguros. Equipos con cepillos suaves, revisiones frecuentes para limpieza de los materiales de limpieza, uso de químicos equilibrados y políticas adecuadas de mantenimiento logran minimizar los riesgos.
De acuerdo con Turtle Wax Pro, muchos túneles modernos usan telas suaves o sistemas sin cepillos, y que estos pueden ser lo suficientemente gentiles para no rayar el auto si están bien calibrados.
Otro punto es que lavar en túneles evita que la suciedad permanezca por mucho tiempo, lo cual por sí solo ayuda a proteger la pintura, ya que la mugre, el polvo, las partículas ambientales acumuladas pueden generar daños si no se remueven.
Como conclusión, no es completamente un mito, los túneles automáticos pueden dañar la pintura, pero mucho depende del tipo de túnel, calidad del mantenimiento, frecuencia de uso, tipo de cepillos o tela y tipo de químicos que empleen.