En la Ciudad de México, el sistema de parquímetros busca ordenar el uso del espacio público y fomentar la rotación de vehículos en zonas de alta demanda. Sin embargo, muchos automovilistas desconocen las consecuencias de no pagar este servicio o exceder el tiempo autorizado.
Cuando un conductor estaciona en una zona regulada por parquímetro y no realiza el pago correspondiente, o bien rebasa el tiempo contratado sin renovarlo, se considera una infracción. En estos casos, personal autorizado puede colocar un inmovilizador, conocido como “araña”, en una de las llantas del vehículo. Esta medida impide que el automóvil sea movido hasta que el propietario regularice su situación.
El proceso para liberar el auto consiste en pagar el monto pendiente del parquímetro junto con la multa correspondiente por la infracción. El costo de la sanción puede variar, pero generalmente equivale a una multa de tránsito establecida en la Ley de Cultura Cívica de la CDMX, la cual se calcula en Unidades de Medida y Actualización (UMA). Además, el conductor debe cubrir un cargo adicional por el retiro del inmovilizador.
Evita las multas por no pagar el parquímetro
Cabe destacar que el pago del parquímetro puede realizarse de manera sencilla a través de parquímetros físicos o mediante aplicaciones móviles autorizadas. Estas últimas permiten extender el tiempo de estacionamiento sin necesidad de regresar al coche, lo que ayuda a evitar sanciones.
El dinero recaudado por parquímetros no solo cubre la operación del sistema, sino que también se destina en parte a proyectos de mejora urbana en las colonias donde operan. Esto significa que cumplir con el pago no solo evita problemas legales, sino que también contribuye al mantenimiento del entorno urbano.
