Sufrir un accidente de auto es algo que a todos les puede pasar en algún momento de su vida. En los casos más graves se suele escuchar el término “pérdida total”, sin embargo, no todos saben qué significa o cómo actuar ante esto. Comprender dicho concepto es crucial para los propietarios de coches, especialmente cuando se trata de hacer valer una póliza de seguro.
En el ámbito automotriz, el término "pérdida total" hace referencia a una situación en la que un vehículo no puede ser reparado o su reparación resulta más costosa que su valor comercial. Esta clasificación es común en los reportes de aseguradoras tras accidentes graves, robos con daños o desastres naturales.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), la pérdida total puede clasificarse en dos tipos: pérdida total real y pérdida total constructiva. La primera ocurre cuando el auto sufre daños irreparables, como en casos de incendios o colisiones severas que comprometen la estructura del automóvil.
Por otro lado, la pérdida total constructiva sucede cuando el costo de reparación supera cierto porcentaje del valor del coche. En México, este umbral varía dependiendo de la aseguradora, pero comúnmente ronda entre el 65% y el 75% del valor del auto en libros o de acuerdo con el valor comercial establecido.
El procedimiento para determinar la pérdida total inicia con la evaluación del daño por parte de peritos o ajustadores de seguros. Estos especialistas calculan el costo de las reparaciones y lo comparan con el valor del vehículo antes del siniestro. Si la reparación excede el límite establecido por la aseguradora, se declara pérdida total.
¿Qué hacer si tu auto fue declarado como pérdida total?
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) comparte que, una vez determinada la pérdida total, la compañía de seguros debe ofrecer al asegurado una indemnización económica, generalmente basada en el valor comercial del auto al momento del incidente.
Es importante considerar si la póliza contratada cubre el valor factura, es decir, el precio original del auto nuevo; o el valor comercial, ya que esto afecta directamente el monto a recibir.
También es relevante saber que el vehículo puede quedar registrado con un estatus de pérdida total en los sistemas oficiales, lo que implica que, si alguien decide repararlo por su cuenta y revenderlo, este historial puede disminuir significativamente su valor de reventa y complicar su aseguramiento futuro.