El estado de la pintura de un auto es uno de los factores más determinantes al momento de venderlo. Más allá de la apariencia estética, una apariencia deteriorada puede reflejar descuido general en el mantenimiento y reducir significativamente su valor de reventa.
De acuerdo con Motorpasión México, un auto con pintura dañada, ya sea por rayones, decoloración o golpes menores; puede perder entre 10 y 20 por ciento de su valor comercial, dependiendo de la gravedad del daño y del tipo de vehículo. En carros seminuevos o de gama alta, la depreciación puede ser aún mayor, ya que los compradores en ese segmento suelen buscar condiciones visuales impecables.
La pintura cumple una función más allá del aspecto visual: protege la carrocería del óxido y la corrosión. Cuando se descuida y aparecen grietas o zonas sin recubrimiento, la humedad y los contaminantes pueden penetrar las capas de metal, provocando deterioro estructural. Los autos con señales de corrosión suelen venderse más baratos, ya que el proceso de reparación implica lijado, tratamiento químico y repintado profesional, lo cual eleva los costos para el comprador.
Asimismo, la pintura original tiene un valor especial para los coleccionistas o compradores exigentes. Una repintura mal ejecutada, con diferencias de tono o textura, puede generar sospechas de accidentes previos o reparaciones ocultas. Los peritos automotrices suelen usar medidores de espesor de pintura para identificar paneles repintados, y un reporte de ese tipo puede impactar directamente en el precio de venta.
La apariencia del auto tiene un peso muy importante
Por otro lado, mantener la pintura en buen estado también influye en la percepción del vehículo. Un acabado limpio y brillante transmite cuidado, lo que se asocia con una mecánica bien mantenida. Por eso, expertos recomiendan lavar el auto con regularidad, aplicar encerado o selladores cerámicos cada cierto tiempo, y reparar rayones o chips pequeños antes de que se oxiden.
Incluso las aseguradoras consideran el estado estético en sus evaluaciones. En algunos casos, una pintura deteriorada puede afectar el monto de cobertura o la rapidez con que se liquida un siniestro.
