Cuando contratas un seguro para un auto nuevo, es fundamental entender dos conceptos clave: valor factura y valor comercial. Ambos determinan cuánto podría pagarte la aseguradora en caso de pérdida total o robo, pero no significan lo mismo. A continuación, te explicamos de forma detallada en qué consiste cada uno.
El “valor factura” es el monto que aparece en la factura de compra original de tu vehículo, es decir, lo que pagaste en la agencia, con impuestos incluidos. Algunas aseguradoras ofrecen una cobertura especial denominada “seguro con valor factura”, que garantiza que, para un periodo, usualmente los primeros años del auto, la indemnización se hará con base en ese monto original, sin tomar en cuenta la depreciación del coche.
Esto es útil porque un vehículo nuevo se deprecia rápidamente. Si solo se considerara el valor comercial, que suele bajar con el tiempo, recibirías menos en indemnización que lo que tú realmente desembolsaste al comprarlo. Sin embargo, no todos los seguros ofrecen esta modalidad, y cuando lo hacen, suelen aplicarlo solo durante los primeros años o bajo ciertas condiciones.

Por otro lado, el “valor comercial”, también llamado valor de mercado, es el valor real que tiene tu auto en el mercado en el momento en que ocurre el siniestro. Es un monto que considera depreciación, desgaste, kilometraje y comparativos con modelos similares.
Según Seguro.mx, el monto máximo que la aseguradora te pagará en caso de pérdida total, es basado en guías de mercado como la Guía EBC o el “Libro Azul”. El valor comercial es variable: mientras más antiguo sea el vehículo, mayor será la depreciación, por lo que la indemnización tiende a ser menor conforme pasa el tiempo.
¿Cuál elegir a la hora de contratar un seguro?
Si tu auto es relativamente nuevo, por ejemplo, menos de 2 o 3 años; optar por cobertura con valor factura puede darte una protección superior, pues asegura que recibirás lo que pagaste originalmente, no un monto depreciado.
Mientras que, si la póliza solo permite valor comercial, es importante que verifiques cómo calcula la aseguradora ese valor, qué guía o índice utiliza, y si hay opciones para “valor comercial + porcentaje extra”.
También existe el “valor convenido”, que no es exactamente valor factura ni comercial, sino un monto fijo que acuerdas con la aseguradora al momento de contratar, que no varía durante la vigencia de la póliza.