Antes de emprender un viaje largo por carretera, es fundamental asegurarse de que el vehículo esté en óptimas condiciones mecánicas y de seguridad. Uno de los aspectos más importantes, y a menudo olvidados, es la alineación de las llantas. Un auto desalineado no solo afecta la estabilidad y el confort de manejo, sino que también puede incrementar el riesgo de accidentes y el desgaste prematuro de los neumáticos.
Según el Instituto Mexicano del Transporte (IMT), la alineación consiste en ajustar los ángulos de las ruedas para que estén paralelas entre sí y perpendiculares al suelo. Este proceso garantiza que el vehículo avance recto y mantenga una buena adherencia al pavimento. Con el paso del tiempo, los golpes en baches, topes o banquetas pueden alterar este ajuste.

Entre las señales más comunes que indican la necesidad de alineación están:
- El volante se desvía hacia un lado al soltarlo brevemente
- Vibraciones o tirones durante la conducción en línea recta
- Desgaste irregular de las llantas, especialmente en los bordes internos o externos
- Volante torcido aunque el auto circule recto
Una alineación incorrecta aumenta el consumo de combustible, ya que el motor debe realizar un mayor esfuerzo para mover el vehículo. Además, puede comprometer el sistema de suspensión y dirección, lo que se traduce en reparaciones costosas si no se atiende a tiempo.
¿Cuándo se debe hacer una alineación al auto?
Antes de salir a carretera, los especialistas recomiendan revisar la alineación y el balanceo cada 10 mil kilómetros o seis meses, según el uso del auto. Si recientemente se cambiaron llantas, se reparó la suspensión o se golpeó un bache fuerte, es aún más importante verificar el ajuste.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) también sugiere realizar la alineación en talleres certificados, donde se cuente con equipo computarizado que mida con precisión los ángulos de cada rueda. Este servicio suele tardar menos de una hora y puede prevenir daños mayores durante un viaje largo.