La carrocería de un auto está expuesta constantemente a factores naturales que, con el tiempo, pueden deteriorar su pintura y acabado. Tres de los agentes más agresivos son el granizo, los golpes menores, como impactos de piedras o ramas; y los rayos del sol. Conocer los daños típicos que producen y saber cómo proteger el vehículo puede marcar la diferencia para mantener su valor estético y funcional.
Las tormentas de granizo pueden causar abolladuras, hendiduras y daños en la chapa del vehículo, especialmente en zonas amplias como el techo, el cofre, la cajuela o las puertas. Aunque en muchos casos no perfora la pintura directamente, esas deformaciones hacen que la capa de pintura sufra tensiones, se agriete en microfisuras o pierda adherencia en los bordes.
Según Club del Pintor, los granizos de entre 5 y 50 mm suelen generar esos daños, aunque la pintura no siempre se daña inmediatamente si el golpe no es muy profundo. Además, un reporte de State Farm explica cómo tras el impacto muchas abolladuras pueden penetrar hasta afectar los cristales, y que el propietario debe estar atento para corregir antes de que se agrave el daño.
Durante la conducción, el vehículo puede recibir impactos de piedras lanzadas por otros autos o de ramas que se desprenden. Estos golpes suelen generar microtraumas. Con el tiempo, esas pequeñas imperfecciones permiten la entrada de agua y contaminantes que atacan la pintura y el metal subyacente. Si no se atienden, pueden iniciar corrosión o extensión del daño más allá del punto original.
A su vez, la exposición prolongada al sol es quizá el enemigo más silencioso de la pintura automotriz. Los rayos UVA y UVB degradan los pigmentos, el barniz protector y aceleran el desgaste de la capa transparente, provocando decoloración, pérdida de brillo, tono opaco e incluso agrietamiento de la capa superior.
¿Cómo prevenir estos daños en la pintura del auto?
Proteger la pintura de un auto frente al granizo, los golpes y los rayos UV no es sólo una cuestión estética, sino de preservar el valor del vehículo y evitar reparaciones costosas. Para ello, sigue estos hábitos:
- Estacionar en sombra o en garaje: siempre que sea posible, resguarda el auto bajo techo o en zonas con sombra para reducir la exposición directa al sol y al granizo.
- Usar fundas protectoras: fundas especiales antigranizo, con capas acolchadas que absorban impacto, pueden minimizar daños en eventos meteorológicos extremos.
- Aplicar barreras protectoras: encerado frecuente, selladores o recubrimientos cerámicos crean una capa intermediaria que ayuda a repeler rayos UV, lluvia y agentes agresores.
- Reparar pequeños daños cuanto antes: atender microchips, rayones o imperfecciones apenas se detecten evita que se expandan o permitan corrosión posterior.
