Como es bien sabido, practicar un deporte de manera profesional conlleva no solo el compromiso del interesado, sino también importantes sumas de dinero para adquirir todo lo necesario, y con la Formula 1 no es la excepción.
Considerada como uno de los deportes más caros de mantener, muchos jóvenes que buscan hacer carrera dentro de la máxima categoría se ven en la necesidad de hacer muchos sacrificios, y Liam Lawson, actual piloto de RB no ha sido diferente.
El duro camino de Liam Lawson
El piloto nacido en Nueva Zelanda, no ha dudado en compartir como empezó su camino en el automovilismo, asegurando que ha sido una situación compleja debido a que su familia es de clase trabajadora.
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Tras un inicio interesante en el kartismo, un joven Liam Lawson sabía que para seguir creciendo y para llegar a la Formula 1 era necesario mudarse a Europa y empezar a escalar.
Con un sueño bien claro, el neozelandés empezó a competir para el campeonato alemán de F4 y es que aunque llevaba el apoyo de un patrocinador de su país, los padres de Liam tuvieron que tomar una difícil decisión para costear todos los gastos: vender su casa.
Al recordar esto, Liam se dice sumamente agradecido por todo lo que sus padres apostaron por él:
“Mis padres vendieron su casa para que yo pudiera seguir compitiendo. Es enorme. Me dieron absolutamente todo para poder correr, incluso solo karts porque es muy caro”
Liam Lawson, Podcast Talking Bull
Todo el sacrificio de su familia finalmente rendiría frutos cuando Helmut Marko, actual asesor de Red Bull, vio el talento de Liam y lo llamó para ser parte del equipo junior de la escudería austriaca.
Lawson recuerda ese momento con gran emotividad, pues asegura que la carrera que llevaba construyendo por años estaba a punto de llegar a su fin, y la llamada de los Red Bull fue el ‘nuevo aire’ que necesitaba para seguir escalando.
Hoy en día Liam Lawson es el segundo piloto de RB, y se espera que el siguiente año pueda estar a tiempo completo con la escudería hermana de los Toros Rojos demostrando una vez más, que los sueños sí se cumplen.