¡Esto sí es vivir una vida de lujos! Ferrari lleva a sus mejores clientes a experiencias de manejo increíblemente lujosas; en De Cero a 100 te contamos lo que debes saber del Corso Pilota de esta popular marca italiana.
Ferrari Corso Pilota ¡en la nieve!
Levi, conocida por albergar la estación de esquí más grande de Finlandia, acogió recientemente el curso Ferrari Corso Pilota On-Ice, una exclusiva escuela de conducción de dos días donde los participantes llevaron al límite el Ferrari 296 GTB, el Purosangue e incluso el 296 Challenge sobre un lago helado.
El ganador de la categoría de Le Mans, Toni Vilander, uno de los instructores certificados por Ferrari, ofreció entrenamiento personalizado y ayudó a diseñar los trazados de la pista sobre hielo.
«Levi nos ofrece amplio espacio para crear múltiples pistas, la más larga de unos cinco kilómetros», explica Vilander. «Con neumáticos con clavos, los coches pueden alcanzar más de 150 km/h, pero también disponemos de zonas más pequeñas para practicar el derrape, el frenado y el control del coche de forma divertida».
La experiencia de los participantes comenzó con una velada relajada con una cena y una sesión informativa informal sobre técnicas de conducción invernal: desde la posición correcta del asiento y los métodos de dirección hasta la gestión de la transferencia de peso y las trayectorias ideales. A la mañana siguiente, después del desayuno, el grupo de 24 se dividió en tres grupos, a cada uno se le asignaron dos instructores, y se dirigieron a la pista de hielo.
Al volante del 296 GTB con tracción trasera y del Purosangue con tracción total, los pilotos recibieron entrenamiento para poner en práctica todo lo aprendido la noche anterior, y cómo la configuración mecánica de ambos coches requería enfoques ligeramente diferentes. Pero había una disciplina que todos deseaban dominar con especial interés…
"Todo es importante aprender, pero el drifting es sin duda lo más divertido", dice Vilander con una sonrisa. "Al principio, la gente hace trompos porque acelera demasiado o no gira con la suficiente rapidez. Pero con el entrenamiento, desarrollan la sensibilidad para conectar una secuencia de curvas y controlar el efecto péndulo. Es una sensación increíble".
El análisis de vídeo a media mañana ayudó a perfeccionar las técnicas. "La cámara está montada justo detrás del piloto, así que podemos ver exactamente lo que hace y profundizar en los detalles de una forma que no se puede hacer en el lago", señala Vilander.
Por la tarde, la transformación era sorprendente, la confianza aumentó, los neumáticos con clavos arañaron el hielo y los conductores se deslizaron sin esfuerzo por el recorrido mientras colas de gallo de nieve se arqueaban detrás de ellos.
¿Qué te parece?
